La exploración y colonización del universo están esperando, pero los humanos adaptados a la tierra están mal equipados para enfrentarse al reto. Las máquinas han ido más allá y han visto más, aunque actualmente se vean limitadas a la inflexibilidad conductiva de un insecto. A medida que se hagan más listas durante las próximas décadas, el espacio será suyo. Las organizaciones de robots de creciente inteligencia y habilidades sensoriales y motoras extenderán y transformarán lo que estas organizaciones ocupan, trabajando con la materia, el espacio y el tiempo. A medida que crezcan, la frontera sin desarrollar será una porción de su territorio cada vez más pequeña. El éxito competitivo dependerá más y más de la utilización de materia y espacio disponibles de formas aún más refinadas y útiles. El proceso, análogo a la miniaturización que hace que los ordenadores de hoy en día sean un trillón de veces más poderosos que las calculadoras mecánicas del pasado, transformará gradualmente toda actividad de colonización meramente física de la naturaleza cruda a mínimas transacciones cuánticas de energía informática. La frontera final estará urbanizada, por fin en un estadio donde cada pequeña actividad sea una computación significativa: la porción habitada del universo se transformará en ciberespacio.
Al utilizar los recursos más eficientemente, un ciberespacio maduro del futuro lejano será efectivamente más grande que el universo físico presente. Mientras que solamente una fracción infinitesimal de la materia y espacio existentes realiza un trabajo interesante, en un ciberespacio bien desarrollado cada bit estará archivando un dato útil o será parte de una computación relevante.
Con el tiempo, se inventarán formas más compactas y rápidas de utilizar el espacio y la materia, y se utilizarán para reestructurar el ciberespacio, aumentando de forma efectiva la cantidad de tiempo-espacio computacional por unidad de tiempo-espacio físico.
La aceleración computacional afectará a la experiencia subjetiva de entidades en el ciberespacio de forma paradógica. A primera vista no hay efecto subjetivo, porque todo, dentro y fuera del individuo, acelera del mismo modo. Pero, más sutilmente, la aceleración produce una expansión del ciber universo, porque, a medida que acelera el pensamiento, más tiempo subjetivo pasa durante el tiempo de tránsito físico (probablemente la velocidad de la luz) de un mensaje entre dos localidades- de modo que esas localidades fijas parecen alejarse. También, a medida que el almacenamiento de información se haga más y más eficaz a través de una utilización más densa de la materia y una codificación más efectiva, habrá más y más "ciber cosas" entre dos puntos cualquiera. El efecto podría parecerse al proceso de creación continua según la vieja teoría de tiempo constante del universo físico de Hoyle, Bondy y Gold, en el que los átomos de hidrógeno aparecen lo suficientemente rápido a través del cosmos en expansión como para mantener una densidad constante.
Un cálculo entrópico de mecánica cuántica por Bekenstein sugiere que la mayor cantidad de información que se puede archivar dados la masa y el volumen de un átomo de hidrógeno es alrededor de un megabyte. Pero seamos conservadores, e imaginémonos que en algún momento del futuro solamente esté vigente la física "convencional" pero cada pocos átomos guarden un bit útil. Hay unos 10^56 átomos en el sistema solar. Calculo que el equivalente de un cerebro humano puede codificarse en menos de 10^15 bits. Si un medio ambiente de cuerpo y entorno supone mil veces más de archivación, un ser humano, con un medio ambiente inmediato, podría consumir 10^18 bits. Un equivalente de Vida Artificial seguramente podría bastarse con menos, ya que no le hace falta el "soporte vital" de simulación de cuerpo necesario para mantener sana una mente corporalmente orientada. Así que una ciudad de un millón de habitantes a escala humana podría archivarse eficazmente en 10^24 bits. Si los átomos del sistema solar se reordenasen de forma inteligente para que cada 100 átomos representaran un bit, entonces un solo sistema solar podría soportar 10^30 ciudades -¡mucho más que el número (10^22) de estrellas en el universo visible! Multipliquemos eso por 10^11 estrellas en una galaxia, y tenemos 10^41 ciudades por galaxia. El universo visible, con 10^11 galaxias, tendría espacio para 10^51 ciudades - solo que cuando la inteligencia se haya expandido tan lejos seguramente se habrán descubierto formas más efectivas de utilizar el espacio tiempo y codificar datos, lo que aumentaría más aún este número.